Hace un tiempo, en los talleres de plástica, empezamos a conocer algo de la vida de Vincent Van Gogh, y me pareció interesente tratarla, ya que veíamos como en ese tiempo, Vincent no tenía para pagar a personas que posaran para él, como se estilaba en la época; por ello descubre la naturaleza y comienza a pintar. Con los niños charlamos sobre la importancia de concretar los sueños y que la falta de dinero no podía ser una escusa que impidiera concretarlos.
Trabajamos con el cuadro de los girasoles. Los chicos nunca habían visto un girasol…, a los pocos días, en los plantines de los arbolitos que colocamos en el predio de la escuela, salió una plantita extraña para todos y con la curiosidad propia de los niños y algunos grandes, la empezamos a cuidar y regar, hasta que apareció un girasol con todos su esplendor. Creemos que fue un regalo para todos nosotros y desde ese entonces, a partir de ese girasol, obtuvimos las semillas para hermosear nuestra escuela y algunas casas.
Ellos nos recuerdan silenciosos, pero con su mirada al sol, que los sueños pueden hacerse realidad.
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